
Bajo el mínimo imperio que el ver
no ha roído
se derrumban los días, la fe, las previsiones.
En el último valle la destrucción se sacia
en ciudades vencidas que la ceniza afrenta.
La lluvia extingue
el bosque iluminado por el relámpago.
La noche deja su veneno.
Las palabras se rompen contra el aire.
Nada se restituye, nada otorga
el verdor a los campos calcinados.
Ni el agua en su destierro
sucederá a la fuente
ni los huesos del águila
volverán por sus alas.
JOSÉ EMILIO PACHECO / México, Ciudad de México (1939)
Mharia me parece que te envié mal la dirección de mi blog...
ResponderBorrarya te dije.. tot just començo ara..
es: http://www.arup08.blogspot.com.
Dime si ahora lo recibes.
Hace tiempo que no publico pero lo HARÉ!!!!!
Besos
Interesante blog!
ResponderBorrarUn saludo de parte de Acid Jazz Hispano.
ciao ciao
Acid Jazz Hispano
Querida Benarroch:
ResponderBorrarTe envio mi direción de blog, que deseo que poco a poco y en mis ratos libres, pueda, retocar y embellecer.
Tengo escaso tiempo para todo,pero hacerlo esto me gusta...
Poc a poc.
MI dirección:
http://arup08.blogspot.com
Salutacions cordiales.
Hei Mharía, muchos días sin tus aportaciones al blog. Estás de viaje?
ResponderBorrarEl azar agradacible me trajo a tu estupendo espacio literario que leo sobre el denominador común de la calidad y de la claridad tan escasas en esta red globalizada.
ResponderBorrarEste poema que elgiste de Pacheco, magnífico, es un botón de muestra. Me ha gustado reencontrarlo aquí, y te lo aprecio.
Saludos...
Una imágen muy seductora
ResponderBorrarRecibe un saludo de Campanita