domingo, 26 de abril de 2009

Alfredo Sadel - DESESPERANZA 1955.

La versión original.

ADRIANA BERTORELLI PÁRRAGA / MÚSICA DE ROCKOLA



Un corazón suspendido
en un frasco de vidrio.
Flotando pequeño,
clavado por alfileres
como el corazón de una muñeca:
ausente, turbio,
sin conciencia
de su propio abismo.

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Jamás confíes en un corazón
que reposa en un cubo de hielo.
Porque al sacarlo,
creerás que se mueve
y digo creerás porque sólo será
como las muecas 
de la primera víctima de las películas 
de terror
y que resultan ser 
uno de esos movimientos espasmódicos,
involuntarios,
posteriores a la muerte
en el momento justo
en que el alma
encuentra el túnel de luz 
y por allí se va.
Si ves a un corazón en una hielera,
huye:
Porque al primer descuido,
pretenderá despojarte
de esa vida 
que no tiene.

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El amante es el que da las batallas;
el amado, en cambio, pobrecito,
no es más que un ser imaginario.
Piedad Bonnett


Si es de aquellos que insiste en compartir
al ser amado con otro,
debe tener cuidado
de no perder tanto en la repartición.
También debe cuidarse
de no ser injusto con el tercero
ya que esto hablará muy mal de usted frente al amado,
definiéndolo como un ser
posesivo o egoista.
Así pues, sugerimos,
que si va a entrar en esta tormenta de pasiones,
excusas por orden alfabético,
llantos contra la almohada,
náuseas, taquicardia
y arrebatos de celos,
lo haga de la manera más digna posible.
No caiga en la tentación
de creerse original e incomprendido.
Situaciones así vienen sucediendo
desde la creación del mundo.
Le proponemos, por ejemplo,
dividir el cuerpo amado
en partes más o menos iguales
(es importante que en la división
sean tomadas en cuenta las preferencias,
así como el uso que del cuerpo amado
tengan o deseen tener las partes involucradas).
Por ejemplo:
cuadril derecho, cuadril izquierdo,
uno para mí, uno para ti.
Muslo derecho, muslo izquierdo,
uno para ti, otro para mí.
Hoyuelo en la mejilla, tuyo,
lunar en el hombro, mío.
Trate sí,
de balancear el objeto de su deseo compartido
de manera tal
que ninguno de los comensales
quede supeditado a un solo lado del cuerpo,
ya que esto podría afectar sus cualidades amatorias,
haciéndole sentir a su adorado
además de cierto grado de culpa,
un terrible desconsuelo en el lado contrario.
También tome en cuenta que,
aunque usted no lo sepa,
puede haber más personas involucradas
en esta sufrida maraña de amor.
(Porque aun cuando usted cree
que es el único con una doble vida
jugando a ocultar lo que es obvio,
tal vez su pareja original
también esté haciendo lo mismo
y, en vez del segundo del primero,
usted termine convirtiéndose
en el segundo del segundo del segundo.
o hasta en el tercero del segundo del primero
y así sucesivamente
en combinaciones infinitas.)
Pero nunca olvide, nunca,
ni en el momento más arrebatado
de este accidente sublimado del destino,
que sea en cuerpo o sea en alma,
todos los implicados terminarán
haciendo el amor
en la misma cama.


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El fantasma de Miss Departamento Vargas
insiste en perseguirte
buenísima,
brutísima,
te persigue por el cuarto de hotel
mientras se quita la ropa
o él se la arranca
y ella a él,
brutísima
pero animosa
y tratas de no pensar en lo mil veces temido
de no ver
lo que nunca tendrás.
Y te imaginas la escena
con una celeridad pasmosa:
el hombre que has querido conocer
y apenas has conocido
en el sentido más bíblico
está allí,
con el ombligo perfecto
y la ilusión de luchar
por la infancia abandonada
de la buenísima brutísima
pero briosa
y lo escuchas gimiendo, pidiendo, acabando
siempre más que contigo.
Y Miss Departamento Vargas
no tiene idea
de quién es Calderón de La Barca
o tal vez le suena
aunque no lo ubica.
Y Miss Departamento Vargas
tampoco tiene idea
de quién es ese hombre
y no le importa
y a él tampoco
y están allí,
quitándote desde hace tanto
lo que no es tuyo.
Y te persiguen por el jacuzzi,
por la cama en forma de almeja
por los pliegues de satén
por cada gota de sudor y cada jadeo
y la odias con toda tu alma
y lo odias con toda tu alma
y te odias con toda tu alma
y piensas de nuevo
qué desgracia ésta
la de tener sensibilidad.


lunes, 20 de abril de 2009

ALEJANDRA PIZARNIK / IN MEMORIAM


Hija del viento

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.


lunes, 13 de abril de 2009

SERGIO ALVES MOREIRA / IN MEMORIAM


Librería Divulgación propiedad de Sergio Alves Moreira.

Acabo de enterarme, con diez días de atraso, con este puñal clavado en la garganta, por Facebook y eso sí que ya es contradictorio...claro, la otra manera era que me llamaran sus viejos amigos para darme la noticia, pero es que si, casi todos han muerto, o están postrados por la vejez, o ya simple y llanamente no son sus amigos, porque el era un libertario que no se transaba con la politiquería chambona a la que históricamente estamos condenados, y que hoy campea.
No puedo escribir, duele demasiado. Dejo la nota para un día que vendrá y me voy a acostar con la tristeza al cuello. 

Mh. Vázquez Benarroch.
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Divulgando malas nuevas

 

Image    

Me enteré de la muerte de Sergio Alves Moreira, mejor conocido para los asiduos de la librería Divulgación como el señor Sergio, durante una defensa de tesis en la Escuela de Letras en la que participé como jurado. La tesista destacaba la importante ayuda del señor Sergio, quien le permitió fotografiar las portadas de varios números de la antiquísima, inhallable, revista literaria Cruz del sur.

Una profesora, que también estaba allí en condición de jurado, interrumpió la defensa para comentar la noticia de la muerte del librero acaecida hacía dos semanas aproximadamente. La tesista hizo un esfuerzo para que no se le quebrara la voz en los minutos siguientes.

El resto del tiempo que duró la defensa estuve entre dos espacios: el de la exposición académica y el de los deshilachados recuerdos que guardaba de esa librería y de su enigmático dueño. El señor Sergio, que siempre había antepuesto a los demás el incombustible humo de su cigarrillo, se desvanecía también como el tabaco, con esa manera que tiene el humo del tabaco de no marcharse nunca. Siempre me recordó a José Saramago. Aunque para ser fieles al orden de las memorias, pues no fue sino hasta 1998 que descubrí al novelista portugués, Saramago siempre me pareció una versión menos golpeada del señor Sergio.

Al salir de la defensa, me acerqué al centro comercial Los Chaguaramos, donde queda la Divulgación, y me encontré con los candados echados en las puertas de la librería. Adentro reinaba el desorden de siempre: libros desparramados en cada rincón, dejando el espacio mínimo necesario para transitar por aquel laberinto sin pisar sus paredes de papel. Más allá del detalle de los candados y de una indiscreta calcomanía del Seniat que ventilaba la morosidad del local, todo lucía igual. Aunque por algunos mensajes manuscritos que amigos del señor Sergio pusieron en la calcomanía del Seniat, me dio la impresión de que éste no había muerto. Que su ausencia se debía únicamente al afán tributario del gobierno (¿Quién los entiende? Dicen detestar el capital pero son inflexibles, como buenos mafiosos, al momento de cobrar lo que les “deben”). Sin embargo, alguien, otra persona, colocó una leyenda haciendo referencia a la muerte del librero. Recuerdo que hablaba del ojo apagado del señor Sergio, que parecía dormitar mientras el otro permanecía atento a la vigilia. El manuscrito afirmaba, con esperanza, que ya ambos ojos se habían cerrado y que ahora el señor Sergio podía descansar.

Tomé unas diez fotografías. Eché una ojeada al interior durante un buen rato. Por supuesto, nada sucedió. Pero me marché con la sospecha de que, de haber esperado un poco más, quizás hubiera visto al señor Sergio levantarse de entre una montaña de libros. De esos libros que siempre lo rodearon como el dulce humo del más íntimo de los cigarrillos. 

Por Rodrigo Blanco Calderón

5 de abril de 2009

(tomado de www.relectura.org)


domingo, 12 de abril de 2009

POEMA DE JULIO CORTÁZAR


BOLERO


Qué vanidad imaginar

que puedo darte todo, el amor y la dicha,

itinerarios, música, juguetes.

Es cierto que es así:

todo lo mío te lo doy, es cierto,

pero todo lo mío no te basta

como a mí no me basta que me des

todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca

la pareja perfecta, la tarjeta postal,

si no somos capaces de aceptar

que sólo en la aritmética

el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito que

solamente dice:

Siempre fuiste mi espejo,

quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Y este fragmento:

La lenta máquina del desamor

los engranajes del reflujo

los cuerpos que abandonan las almohadas

las sábanas los besos

y de pie ante el espejo interrogándose

cada uno a sí mismo

ya no mirándose entre ellos

ya no desnudos para el otro

ya no te amo,

mi amor.

sábado, 11 de abril de 2009

POEMA DE JUAN GUSTAVO COBO BORDA



Confesión

Tu olor
-el incontrovertible
y brutal olor del amor-
permanece intacto
mientras los besos
se volatilizan
en su propio júbilo
y la humedad
se hace una con la piel.
Tu olor, en cambio,
impregna hasta la médula.
Hasta ese lugar recóndito
donde el deseo anida
y obliga a dejar intactos
los platos del almuerzo
y a danzar de nuevo
hacia la cama,
muertos de hambre
de amor.
 

Yo-Yo Ma plays the prelude from Bach´s Cello Suite No. 1

jueves, 9 de abril de 2009

NOVÍSIMOS DE LA POESÍA ESPAÑOLA / ESTHER RAMÓN


EN LA CÁSCARA

En la cáscara
quebrada del cordel
está el peso del paquete
embalado en la mudanza
un leve movimiento
de tijera
abre el mundo

Aterrizo en la arena
los nuevos pies
me construyen

se cuecen ladrillos
se cortan en tamaños
regulares
una fila de botas
que se ensamblan
una línea continua
sin extremos

liba el sendero
o bloque de la espera
y sus piedras pulidas
rezumantes

Nunca antes habíamos
escuchado
a veces mascamos cristales
en los sueños

de pronto hablan
los altavoces
hablan por defecto
sin pausas
entre los nombres
que recogemos
y metemos en agua
como pálidas flores
germinadas
en las manos que secan
los ahogados

Cruzar la calle
sin calle
sin señales de paso
saltar de una
botella a otra
sin derramarnos


Juan Diego Florez / "Una furtiva lagrima"/ L'elisir d'amore

domingo, 5 de abril de 2009

CESARE PAVESE / POEMA



VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos  
esta muerte que nos acompaña  
desde el alba a la noche,
 insomne,  sorda, como un viejo remordimiento  
o un absurdo defecto. 
Tus ojos  serán una palabra inútil,  
un grito callado, un silencio. 
 
Así los ves cada mañana  
cuando sola te inclinas  ante el espejo. 
Oh, amada esperanza,  
aquel día sabremos, también,  
que eres la vida y eres la nada.   
Para todos tiene la muerte una mirada.  

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.  
Será como dejar un vicio,  
como ver en el espejo  asomar un rostro muerto,  
como escuchar un labio ya cerrado.  
Mudos, descenderemos al abismo.

ESCRITORES GUERREROS

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TALLER DE POESÍA IMAGO MUNDI 2007 / LA GUERRERA Y LOS GUERREROS