miércoles, 27 de febrero de 2008

JAVIER BARDEM

No es por el Oscar, porque ya en 1996 lo vi en "Carne Trémula" de Almodovar y su fuerza telúrica invadió la pantalla...ya lo habíamos visto en "Jamón, jamón", donde una Penélope Cruz llena de ambición se desnudaba llena de perlas para mostrarnos su derriere en la pantalla, sin poder opacar el sex appeal de un Bardem que rompía todos los esquemas. Desde esa noche en un antiguo teatro de los años 50, en una Maracaibo calurosa y esplendente, supimos que algún día lo veríamos recibir un Oscar.

Shakira - Hay Amores - El amor en los Tiempos de Colera

CARLOS RUÍZ ZAFÓN AL ATAQUE...


Rodeado de su colección de Dracs (Dragones), de
más de 600 ejemplares



Patio de la casa en Barcelona.

TRAS SIETE AÑOS DE SILENCIO

Ruiz Zafón está de vuelta

El autor entregó ayer a Planeta "una hermana perversa" de 'La sombra del viento' | El Cementerio de los Libros Olvidados reaparece en esta intriga de los años veinte con

Barcelona | 27/02/2008 | Diario La Vanguardia

Como "una historia de intriga, aventura y misterio en la Barcelona de los años 20 y 30", o como "la hermana perversa de La sombra del viento":son dos posibles maneras en que puede definirse la nueva novela de Carlos Ruiz Zafón, en palabras del propio autor barcelonés, que entregó ayer el original definitivo a sus editores de Planeta. Original que no tiene aún título: el escritor y los editores están discutiendo tres opciones, a dirimir en unas semanas.

Historia de un éxito imprevisto

Con más de diez millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, de los cuales tres millones en España y 180.000 en catalán, La sombra del viento es posiblemente el mayor superventas internacional de la literatura española desde El Quijote. Sin embargo, sus inicios no fueron espectaculares. Quedó finalista del premio Fernando Lara 2000 (que ganó Ángeles Caso), gracias a la insistencia de Terenci Moix, jurado que animó a sus compañeros a apoyarla. Publicada por Planeta en primavera del 2001 con mínimo acompañamiento de marketing, el apoyo de lectores incondicionales y algunos comentarios de prensa afianzaron su prestigio. Las ventas tardarían un año en arrancar. Desde entonces no han parado.


Aunque reticente a revelar excesivos detalles de la trama, Ruiz Zafón adelanta que la nueva obra está relacionada con La sombra del viento por varios conceptos. En primer lugar, ofrece un retorno al Cementerio de los Libros Olvidados, el espacio mítico del Raval con el que se abre su gran superventas. "El Cementerio será el punto de unión de un ciclo de cuatro libros ambientados en una Barcelona muy particular, con estructura parecida pero grandes diferencias argumentales, del que esta es la segunda entrega", dice. Por otra parte, reaparecen algunos personajes de La sombra del viento,como el padre del protagonista Daniel Sempere, pero, más que una secuela, la nueva obra apunta a lo que en Estados Unidos llaman una precuela,una obra que se remonta en el tiempo para recoger los orígenes de ciertos personajes ya conocidos por el lector.

Ruiz Zafón reconoce que el tono de su nuevo texto es "más oscuro" que el de La sombra del viento, aunque en sucesivas redacciones ha ido aligerando el que le impuso al principio, ya que quería marcar un viraje respecto al espíritu esperanzado y positivo que pese a sus momentos sombríos impregnaba La sombra del viento, en parte como consecuencia de tener un narrador adolescente y en parte por contar una historia de redención. Pero el resultado salió "demasiado negro", en sus palabras. Ahora, tras el reajuste, "sigue siendo una tragedia pero con un tono gótico a lo Tim Burton, que le da una dimensión más ligera".

En la nueva novela los periodistas desempeñan un papel importante, "y el mentor del protagonista es un redactor jefe de un importante diario de la ciudad, una especie de oso bueno que le orienta cuando no sabe qué hacer". Anecdóticamente cabe apuntar que para la ambientación de una de las escenas Ruiz Zafón se ha inspirado en la visita que hizo a los antiguos talleres de La Vanguardia en la calle Pelai con el autor de estas líneas, y de la que ya dio cuenta en un artículo para el álbum publicado con motivo del 125. º aniversario del diario.

Ha sido una larga espera para los fans del escritor, que son millones desde que la primera edición de la obra apareció en el año 2001, en formato trade (no sería hasta la segunda que se impondría el formato en tapa dura) y con una imagen de Francesc Català-Roca en la cubierta. Pero también ha sido un largo proceso de lucha con el texto para el autor. "Cuando acabé La sombra del viento me di un año de descanso como hago siempre al terminar un libro. Me había puesto con una nueva historia cuando La sombra...empezó a traducirse y a tener éxito en varios países; empezaron las giras internacionales de promoción y eso me comió cerca de tres años. Cuando volví al trabajo ya no me convencía el material que había dejado, y tuve que volver a empezar prácticamente de cero. Durante dos años rumié nuevas ideas y nuevos personajes y finalmente he estado un año y medio redactando sin parar". Una parte en Barcelona, otra parte en Los Ángeles, donde tras vivir más de un decenio ahora pasa algunos meses al año ( "ya no sé muy bien de qué ciudad soy residente") y hacia donde piensa volar el próximo lunes ya que necesita tomarse "vacaciones de mí mismo, salir de mi cabeza y poner: ´cerrado por vacaciones´".

Un millón de ejemplares para "el mayor lanzamiento"

En Planeta han anunciado en varias ocasiones en los dos últimos años que "ya faltaba poco" para que apareciera la nueva novela de Ruiz Zafón. Así que ahora lanzan las campanas al vuelo. "Vamos a realizar el mayor lanzamiento que se ha visto en España", proclama el director del área editorial del grupo, Carles Revés. "Se notará en la logística, en la inversión en marketing y en publicidad de televisión".

La tirada inicial, según hemos podido saber, podría rondar el millón de ejemplares, en un año de tiradas iniciales récord: medio millón de la última novela de Ken Follett y millón y medio del último Harry Potter (aunque esta es una cifra conjunta para España e Hispanoamérica). En Planeta quieren singularizar el lanzamiento "ya que Carlos es más que un autor superventas; aunaremos el referente literario y el comercial".

Hoy se decidirá si la novela llega a librerías por Sant Jordi o a principios de junio; Emili Rosales tutelará el proceso de edición. Con La sombra del viento traducida a cuarenta idiomas, la agente Antonia Kerrigan inicia ahora la venta de derechos extranjeros, ya que Ruiz Zafón se negó a negociarlos con la novela inacabada porque quería que los compradores "supieran lo que se llevaban".

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Es uno de los escritores más interesantes de la Europa de estos momentos.

Sin nada de ayuda mediática, su primera novela vendió más de 1 millón de ejemplares en castellano, sólo con el boca a boca de los lectores estupefactos ante el misterio de un cementerio secreto de libros en la Barcelona del 1900.

Sencillo y directo, es lo que llaman un catalán de pro, es decir, un catalán muy catalán, que ama el cine con pasión y hace de la amistad una religión. Por el vino y las historias de dragones compartidas en las cálidas noches de un verano del 2003 en tu territorio barcelonés de Sarriá, alzo mi copa rebozante de júbilo por tu nueva novela Carles...una abraçada amic.


martes, 26 de febrero de 2008

ARTÍCULO DE EDGAR MORENO-URIBE SOBRE CABRUJAS

70 años con Cabrujas

José Ignacio, hijo de José Ramón y Matilde Lofiego de Cabrujas, fue feliz. Y lo decimos ahora, tal como lo enseña Sófocles por intermedio del corifeo de su Edipo Rey, ya que no se debe considerar feliz a un humano hasta que éste haya traspasado el umbral de la muerte sin desventura alguna.
José Ignacio, parido en Caracas el 17 de julio de 1937 y fallecido en Porlamar el 21 de octubre de 1995, era un venezolano feliz. Amó intensamente, se casó dos veces y procreó sendos hijos con Democracia López e Isabel Palacios, pero sólo Diego lo sobrevive. Participó en la fundación del mayor invento teatral del siglo XX: El Nuevo Grupo, y en la mágica aventura que convirtió a un rancho sindical en espacio teatral paradisíaco, donde mostró inolvidables espectáculos, además de su última pieza sobre un deportista devorado por el salvaje neocapitalismo. Y, por si fuese poco, escribió 15 textos teatrales, dignos de ser escenificados de nuevo, además de redactar mil y tantos argumentos sobre pasiones insólitas, intrigas y situaciones memorables para alimentar ese maravilloso invento latinoamericano que son las telenovelas, cuando las mismas no son prostituídas por los dueños de los medios audiovisuales. Y se convirtió en el Cicerón caraqueño, gracias a sus columnas periodísticas, donde advertía la buena ruta o el desatino de la patria. Fue, pues, un hombre feliz, a pesar que un brujo le advirtió que por cábala su fecha de nacimiento anunciaba una inesperada falla de su apasionado corazón cualquier día, tal como ocurrió. Hasta el último minuto amó a su país y su gente, como siempre lo había demostrado. ¡Fue un hombre feliz!

POEMA DE JOSÉ IGNACIO CABRUJAS A CARACAS





" A mí me gusta este lindo infierno que es Caracas"

Judit Gerendas Kiss / Novelista

No hay fanfarrias solemnes

Circa 1978


Conviene recordar a veces
Que se trata de un valle y de unas gentes
Y de un lugar de paso
Que nadie vino a quedarse demasiado
Porque todos los carteles que medían la distancia
Hablaban de exilio y mientras tanto
Que las casas se entendían en los planos
Con esa facilidad de los cuadrados
Que no hubo un ser con imaginación de triángulo
Que fue un lugar de obstinados terremotos
Que Catedral fue un por decir y no una torre
Que eran hombres de prisa
Y que cualquier constancia partió de una derrota
Conviene recordar que fue ciudad de locos
Al norte de una empresa
Que entrar en ella era bajar de la montaña
Y que todo iba a ser mejor mañana
Que una cosa antes de ser, se parecía
Así la gente, así la música
Así esta historia
Siempre al norte, mientras tanto y por si acaso.

sábado, 23 de febrero de 2008

LA PALABRA VIVE


MANIFIESTO ZAPATISTA

"La flor de la palabra no muere, aunque en silencio caminen nuestros pasos. En silencio se siembra la palabra. Para que florezca a gritos se calla. La palabra se hace soldado para no morirse en el olvido. Para vivir se muere la palabra, sembrada para siempre en el vientre del mundo. Naciendo y viviendo nos morimos. Siempre viviremos. Al olvido sólo regresarán quienes rinden su historia.

Aquí estamos. No nos rendimos. Zapata vive y, a pesar de todo, la lucha sigue."

Oracion por Marilyn Monroe - Ernesto Cardenal

MARILYN DESCONOCIDA...

Goodbye Norma Jeane: Elton John sings to Marilyn Monroe

Mercedes Sosa - Gracias a La Vida (Violeta Parra)

VIOLETA PARRA / GRACIAS A LA VIDA


Gracias a la vida

Gracias a la vida que em ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
Perfecto distingo lo negro del blanco,
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes al hombre que yo amo.

Gracias a al vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que en todo su ancho,
Graba noche y días, grillos y caballos;
amarillos, turbinas, ladridos, chubascos
Y las voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
Con el las palabras que pienso y declaro:
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
Con ellos anduve, ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano;
Cuando miro el bueno tan lejos del malo
Cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
Los dos materiales que forman mi canto,
Y el canto de ustedes que es mi propio canto
Y el canto de todos que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

sábado, 16 de febrero de 2008

POEMA DE CESARE PAVESE / TIENES ROSTRO DE PIEDRA ESCULPIDA





Tienes rostro de piedra esculpida,
sangre de tierra dura,
viniste del mar.
Todo lo acoges y escudriñas
y rechazas
como el mar. En el corazón
tienes silencio, tienes palabras
engullidas. Eres oscura.
para ti el alba es silencio.

Y eres como las voces
de la tierra -el choque
del cubo en el pozo,
la canción del fuego,
la caída de una manzana;
las palabras resignadas
y tenebrosas sobre los umbrales,
el grito del niño- las cosas
que nunca pasan.
Tú no cambias. Eres oscura.

Eres la bodega cerrada
con la tierra removida,
donde el niño entró
una vez, descalzo,
y que siempre recuerda.
Eres la habitación oscura
en la que se vuelve a pensar siempre,
como en el patio antiguo
donde nacía el alba.

1908
De "La tierra y la muerte"

CHAMBAO / DOCUMENTAL "PAPELES MOJAOS" CON LA MARI

PAPELES MOJAOS / CHAMBAO

domingo, 10 de febrero de 2008

TEXTO DE JORGE IGNACIO PÉREZ



La última morada

Si años atrás alguien me hubiera preguntado sobre qué estaba escribiendo, le hubiese dicho que se trataba de mis memorias de Barcelona, mis experiencias, mis días y mis noches, personajes reales e imaginados que se han cruzado en mi camino, en mi pensamiento; situaciones vividas con mayor o menor calidad, circunstancias en las que me he visto envuelto sin saber a ciencia cierta si es que podían tocarme por la edad, o porque cuando uno emigra está más expuesto a las adversidades. Diría que se trataba de una precoz relación de hechos, de reflexiones, plasmados sobre el papel con un doble objetivo, o triple: no perder el oficio de escribir, transmitir la observación y el pensamiento de un forastero –teniendo en cuenta que el visor de afuera puede mirar diferente-, y, por último, probar por primera vez una redacción sin temores, sin ojos sobre la espalda, sin miedo y sin censura. También agregaría la enorme posibilidad balsámica de la escritura cuando la soledad se vuelve persistente. A los 40 años, considero yo, poseemos una edad todavía temprana para plantearnos escribir nuestras memorias. Pero, claro, no se trata de las memorias de toda una vida sino de las más recientes, las que tal vez pudieran enlazarse con algunos recuerdos más viejos. Es, le explicaría a mi interlocutor, una suerte de decir aquí estoy, de decírtelo a ti mismo a través de las palabras escritas, una reafirmación en primera persona, si se quiere, que funcionaría como complemento o parte esencial del instinto de conservación, no el físico, que es el más fácil de conseguir y es el que está algo predeterminado, sino el instinto de conservación mental.


Como mi trabajo consiste en estar al lado de personas muy mayores, me parecía pretencioso redactar semblanzas a mi edad, y elegí el camino de la crónica periodística desde la primera persona para desahogarme. Con el tiempo me cayeron en las manos libros de gentes más o menos de mi edad que estaban haciendo más o menos lo mismo que yo, incluso en la misma ciudad y bajo la enorme presión de la nostalgia. Entonces, si alguien me hubiera preguntado, le hubiese dicho que se trataba de un libro de memorias frescas cuya estructura se amoldaría a un hilo conductor bastante simple: mis mudanzas en Barcelona, además de cartas a mi padre que nunca le llegaron. En un año, había vivido nueve traslados, contando sólo los sitios del área metropolitana. A saber, y en orden de llegada: De Vall’Hebrón al Eixample derecho, de ahí a Fabra i Puig y Meridiana; luego volví al Eixample pero al izquierdo; de aquí a Montgat; más tarde volví a Vall’Hebrón; después fui a Nou Barris; regresé al Eixample derecho; hasta que conseguí alquilarme solo en el piso donde vivo, que, dicho sea de paso, está en el Eixample izquierdo, otra vez. Como debe suponerse, con el tiempo va creciendo el equipaje.


Hubiera sido interesante narrar cada uno de los ambientes donde viví, así como describir las personas que habitaban dentro. Esto me hubiese dado una secuencia rica de matices, de situaciones. Alguien estará pensando que el hilo de las mudanzas sería un “road movie” literario (personajes interesantes no me hubieran faltado), descubriendo la ciudad al mismo tiempo; o sea, no viéndola desde la barandilla de un bus turístico, sino intrincado en los bares, las tiendas y los video-clubs de cada barrio. Esta idea no he podido llevarla a cabo por la sencilla razón de que, cuando ocurrían aquellos pasajes, me sentía verdaderamente triste y desorientado. Alguna fuerza interior me decía que no debía escribir nada por el momento, para que los textos no llevaran la huella del dolor, de la miseria descubierta por sorpresa, de las decepciones que siempre te dejan un malísimo sabor. Siempre he tenido la dificultad de pensar que voy a morir en cualquier momento. Quiero decir: no saber controlar lo que se puede hacer con el tiempo. Mi trabajo, repito, consiste en permanecer varias horas del día al lado de personas que se encuentran en el ocaso de sus vidas, que lo saben, que han perdido el pudor y no les importa hablar de la muerte constantemente. Veo a mi lado unos ojos húmedos, ajados, hundidos en cuencas cansadas; miradas seculares, silenciosas y tristes, que pudieran deslumbrar y no quieren, o ya no les interesa; palpo huesos casi desnudos, que tiritan de frío; escucho una voz lejana hablando sobre sí misma, reiterando los días de la niñez. Porque, dentro de cuarenta años, viajaremos a la semilla, volveremos a usar pañales y llevaremos caramelos en los bolsillos. Nos tratarán como a unos mocosos, nos colocarán un pecherín de felpa, y nos darán grandes cucharadas de papillas imitando un avión, y nos harán absorber con pajilla un suero fisiológico con sabor a naranja para que no nos deshidratemos en verano.


Me sentía agotado al llegar a casa, al hogar transitorio, el que fuera, y no tenía ganas de escribir. Sencillamente no podía. Tal vez un obrero de la construcción hubiera llegado menos exhausto. Así que el tiempo pasó y fui tomando notas en la mente hasta que llegara el momento de poder escribir.


La última mudanza, la más reciente, digamos, fue hace dos años y medio, a bordo de un Renault Clio. Teresa y yo habíamos visto un sobre-ático coquetón en la calle Provenza con un precio razonable para como estaba el mercado. Nos gustó a pesar de que no tenía muebles, ni un solo bombillo, y eso que lo vimos de noche y corriendo, porque el encargado, como casi siempre sucede con los agentes que muestran pisos de alquiler, tenía prisa. Tuvimos suerte, mucha suerte. Había unas vistas impresionantes sobre media Barcelona; de izquierda a derecha, desde las tres chimeneas de la termoeléctrica de Sant Adrià de Besos, hasta Montjüic, en el plano frontal. Saliendo a una pequeña terraza, y también situados desde la ventana de un pequeño dormitorio, la Sagrada Familia, el controvertido templo gaudiano, con montañas de fondo; y desde un dormitorio más grande, en la parte trasera de la casa, el Tibidabo, iluminado de noche como una tarta, y de día, algunas veces, entre brumas, o bajo un sol implacable otras, y una vez nevado, este año, por primera ocasión. A mis amigos les decía que el piso quedaba a los tres vientos, uno procedente del Mediterráneo catalán, otro de la ciudad de Girona o de Francia , y un tercero del interior de la provincia de Barcelona. Faltaría un cuarto viento procedente de Madrid, o de Tarragona, para situarlo más cerca, pero esa ala me faltaba porque la tapiaba el cuarto de ascensores. Era un piso muy iluminado por la irradiación natural, algo parecido a un palomar, tanto por la situación encima del edificio, como por las dimensiones que tenía. Sala, cocina y comedor quedaban en un solo ambiente, aunque tenía dos dormitorios y un baño pequeño, y una terraza minúscula en la que, a priori, vi que podía colocar una lavadora y un tendedero. En fin, un estudio grande y a la vez un piso pequeño. Era un mirador perfectamente ubicado en el centro de la urbe, vecino de dos edificaciones históricas: la del Hospital Clínico y la de los Bomberos, algo que a la postre tuvo menos gracia por el continuo sonido de las sirenas. Para mí estaba magnífico: bien comunicado por líneas de metros y autobuses, comercialmente inmejorable, cercano, muy cercano, al Mercado del Ninot, otro edificio emblemático por su antigüedad como surtidor de víveres del barrio. “Nos lo quedamos”, dijimos al encargado, que iba con un candelabro viejísimo mostrándonos cada una de las estancias, dibujándolas, quizá, más con palabras y suposiciones. No pedimos una visita de día.


No había tiempo que perder. Los detalles eran lo de menos, porque, por aquella época, la oferta de pisos se había puesto difícil, más que ahora, más que todos los tiempos, según dicen los que conocen del tema, y era lógico, porque coincidimos con el principio del famoso boom inmobiliario y ya los propietarios comenzaban a querer vender en lugar de alquilar. A los pocos días firmamos y nos dieron las llaves y por fin vimos aquellas cuatro paredes a la luz del día, vimos el pedazo de mar que sin dudas era un regalo (no debía estar incluido en el precio), y oteamos el horizonte hasta quedarnos entretenidos un rato con el ir y venir de las cestas rojas del teleférico del puerto. Cuando apunto que firmamos, es solo un decir. Yo no tenía legalidad alguna, ni informe de la renta anual, ni nómina en el trabajo, ni movimientos interesantes en mi cuenta bancaria, requisitos imprescindibles para convertirme en arrendatario. Fue Teresa la que quiso que yo tuviera mi propio espacio, mi necesario lugar, la que me instó para que dejara de compartir vivienda con desconocidos o con conocidos intolerables, la que se ofreció para firmar. Fue así como se dio la gran contradicción de que un inmigrante inaugural, invernal, pues era la temporada, alquilara un apartamento para él solo en una magnífica zona, pagándolo, por supuesto, mediante la irracional impronta de gastarse más de la mitad de su salario. ¡Pero podría escribir! Podría colgar sus fotos, comprarse una planta que lleve poca agua e invitar a cenar, a la luz de dos velas, a la mujer que aceptara el juego de identificar cúpulas modernistas, o, sencillamente, a la que se dejara llevar por las luces de los aviones.


En mi familia siempre se ha dicho que la alegría, en casa de pobre, dura poco. Recordé la frase cuando tuve que cortar con Teresa a los pocos días de instalarme en el piso. Y ella, automáticamente, cerró el contrato de arrendamiento. Me dejó en la calle, vamos, sin más rodeos. Llamé a mi hermano a La Coruña y le conté el desastre. A los pocos días voló hacia Barcelona y logramos firmar un nuevo contrato a su nombre. Ahora que ha pasado el tiempo y he podido escribir sobre estos asuntos, me sigue pareciendo surrealista el hecho de pagar dos veces, en el lapso de un mes, las escrituras de alquiler de un mismo apartamento, las mismas cuotas de comisión, las mismas fianzas, el mismo importe del mes corriente. Todo por duplicado. Parece un mal chiste, pero fue así. Con la sucesión de los días, los meses y los años, el dinero se ha convertido en una metáfora de los grandes absurdos de la vida, porque he logrado aceptar el paisaje citadino, poblado de grúas, eso también hay que decirlo. Lo he utilizado como divisa en más de una fiesta de la Mercé, pirotécnicamente hablando, y he cenado afuera acompañado de dos velas y de una hermosa mujer, otra que no tuvo que rubricar nada y con la que nunca he repasado mis recuerdos tristes. No se me dan las plantas en casa. Ya he comprado cuatro y seguiré intentando. Escribir, así como otros ejercicios intelectuales menos depurativos, se hace posible encima del mundo, cuando la altura no provoca el vértigo del camino por el que pasa el hombre trashumante. El azar me detuvo en esta casa, coquetona, independiente, renombrada. Desde entonces subo con prestancia y he logrado que el portero desconozca que no soy el titular.

Junio 2005


Jorge Ignacio Pérez, es un escritor y periodista cubano de 40 años, residenciado en Barcelona, España. Este texto está tomado de su blog personal: segunda naturaleza. Es un narrador nato viviendo un exilio nada suntuoso, acorralado por las palabras y la pasión de escribir y de existir. Les recomiendo que entren a su blog, y vivan con el la extraordinaria experiencia de ser un exilado del espíritu en Barcelona. Gracias Yoyi por tan buena literatura y por tan extraordinario blog, amigo mío.

sábado, 9 de febrero de 2008

ELLA CANTA LA MÁS BELLA VERSIÓN DE "TENDERLY"

Dedicado a todos mis amigos que aman y son amados, en vísperas del día de San Valentín.

POEMA DE JUAN GUSTAVO COBO BORDA


Cuadro de Amedeo Modigliani "Mujer desnuda" 1930.


Grecia de nuevo

Playas ásperas de piedra
y el sol y la luna
conviven bajo un mismo cielo.

Aroma de cordero
y las estatuas caídas,
al desgaire,
entre los matorrales del museo.

Tiendas de dulces, recargados de miel
y siempre el tropel bullicioso
de empleados públicos en huelga:
Maestros, médicos, oficinistas.

Pequeñas iglesias
saturadas de incienso
y en los muros,
del génesis al Apocalipsis,
la historia integra
con su dorada aura
de icono bizantino.

Los ritos ortodoxos
se vuelven aun más puros
en el recoleto jardín de los monasterios.
Ese silencio venció a los turcos

Grecia zarpa de nuevo
para detener, hoy como ayer,
los toscos ídolos persas
y sus reyes rudos.

domingo, 3 de febrero de 2008

Tengo un sueño ( I have a dream )- Martin Luther King

ANNA AKHMATOVA / POEMA DE ESTÍO


FOTO TOMADA EN 1924

DIBUJO DE LA AKHMATOVA REALIZADO POR AMEDEO MODIGLIANI


Más que yo vivirá lo que aquí vive,
hasta los nidos de los estorninos,
y este aire migratorio que cruzó,
aire primaveral, la mar en vuelo.

La voz eternidad de allá nos llama,
del más allá con su invencible fuerza,
y por encima del cerezo en flor,
la luz lunar menguando se derrama.

Parece que blanquea sin estorbo,
a través de las verdes espesuras,
la senda que no digo adónde lleva...

Allí hay más claridad entre los troncos
y todo se asemeja a la arboleda
que circunda el estanque en Tsárkoie Seló.

sábado, 2 de febrero de 2008

AMOR 77 / JULIO CORTAZAR




"Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son."

Un tal Lucas (1979)

ESCRITORES GUERREROS

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TALLER DE POESÍA IMAGO MUNDI 2007 / LA GUERRERA Y LOS GUERREROS