SIDNEY POLLACK DIRIGIENDO A SEAN PENN Y NICOLE KIDMAN
Tomado de EFE.
El director, actor y productor Sydney Pollack falleció el lunes a los 73 años de edad a causa de un cáncer contra el que llevaba luchando desde hace diez meses. El cineasta estadounidense, ganador del Oscar a la Mejor Película y a la Mejor Dirección por la inolvidable Memorias de África, murió en su casa de Pacific Palisades, en Los Ángeles, rodeado de sus familiares.
Fue el portavoz de la familia Pollack, Leslee Dart, el que confirmó la muerte del genial cineasta y también señaló que el cáncer que acabó con su vida le fue diagnosticado hace diez meses, pero los médicos nunca fueron capaces de determinar la primera causa de la enfermedad. Pero la enfermedad no fue un impedimento para el siempre prolífico Pollack, que siguió trabajando en sus proyectos hasta que le fue posible.
Entre ellos, sus recientes trabajos como productor en cintas como The Reader, Margaret o Ella es el partido (Leatherheads), la película dirigida y protagonizada por George Clooney que se estrenará en nuestro país dentro de unas semanas.
Con una veintena de películas a sus espaldas, tras dirigir capítulos en varias series de televisión, Pollack debutó en la gran pantalla en 1965 con La vida vale más, un drama protagonizado por Sidney Poitier. A partir de ahí, Pollack se convirtió en uno de los nombres de referencia en Hollywood sumando algunos grandes éxitos cinematográficos de los años 70 y 80 con títulos ya míticos como Tal como eramos, Yakuza, Los tres días del Cóndor o Tootsie, con la que consiguió su primera nominación al Oscar.
Pero el éxito rotundo le llegó en 1985 con Memorias de África la magistral cinta protagonizada por Robert Redford y Meryl Streep con la que ganó siete Oscar, entre ellos el de Mejor Película y el de Mejor Director. A partir de ahí, siguió con su exitosa carrera tras las cámaras con éxitos como La tapadera, protagonizada por Tom Cruise, el remake de Sabrina, con Harrison Ford, o La intérprete, el último filme que dirigió y que estaba protagonizado por Nicole Kidman.
Un trabajo tras las cámaras, como director y productor, que salpicó con algunas apariciones delante de ellas. La última vez que le vimos fue en Michael Clayton, en la que interpretaba al jefe de George Clooney. Y como actor todavía disfrutaremos de él en La boda de mi novia, una comedia romántica que se estrena este viernes y que tendrá el honor de contar con la última aparición en la gran pantalla de uno de los cineastas más geniales de las últimas décadas.
Hollywood despide con emoción a su "hombre del Renacimiento"
Hollywood recuerda con emoción a uno de sus genios todoterreno, el director, actor y productor Sydney Pollack, "un hombre del Renacimiento", en palabras de su amigo Tom Cruise. Pollack entregó a Cruise uno de sus mejores papeles en La tapadera (1993) y fueron compañeros de reparto en Eyes Wide Shut (1999), el filme póstumo de Stanley Kubrick.
"Era un gran amigo y le echaré muchísimo de menos", dijo el intérprete en un comunicado, en el que explica que conoció a Pollack durante el proceso de edición de Tootsie (1982), "uno de los clásicos de todos los tiempos". "A lo largo de los años, sin arrogancia y sin caer en la condescendencia, compartió conmigo sus amores: la familia, contar historias, la comida, volar y una gran botella de vino", comentó el actor.
En su carrera como director, Pollack logró extraer lo mejor de otros actores como Jane Fonda (Danzad, danzad, malditos, 1969), Robert Redford (Las aventuras de Jeremías Johnson, de 1972, Tal como éramos, de 1973, y Los tres días del Cóndor, de 1975) o Dustin Hoffman y Jessica Lange (Tootsie).
Sus películas lograron 12 candidaturas al Oscar para sus actores, incluidos nombres como Barbra Streisand o Paul Newman, y 48 candidaturas en total, aunque también vivió algunos fracasos, como Sabrina (1995) y Caprichos del destino (1999), protagonizados por Harrison Ford.
Para otros compañeros de profesión, como George Clooney, Pollack "contribuyó con su trabajo a hacer el mundo un poco mejor, las películas algo mejores e incluso las cenas algo mejores". "Me quito el sombrero ante este tipo con clase", comentó en un comunicado. Clooney fue el protagonista de Michael Clayton, cinta por la que optó al Oscar al Mejor Actor y una de las últimas obras que produjo Pollack, en la que intervino con un papel secundario. El realizador también fue el productor ejecutivo de Ella es el partido, la última película como director del galán. "Se le echará de menos terriblemente", declaró Clooney.
Para la actriz Sally Field, que trabajó bajo las órdenes de Pollack en Ausencia de malicia (1981), la industria del entretenimiento estadounidense ha perdido un "director fenomenal". "Haber tenido la oportunidad de conocer a Sydney y de trabajar con él fue un regalo genial. Mantendré en la memoria cada momento que pasé con él", dijo Field en un comunicado.
El presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Sid Ganis, se sumó al pesar por la muerte de Pollack y dijo que su desaparición supone una "pérdida enorme". "Estaremos tristes, recordaremos su eterno trabajo y el conjunto de sus cualidades como el artista completo que fue", reseñó Ganis.
El duelo por Pollack llegó también al ámbito de la crítica estadounidense. "Un hombre alto, guapo, carismático, era un director con el que a la mayoría de los actores le encantaba trabajar, porque cuando hablaba con ellos sobre la interpretación sabía de lo hablaba", afirmó el popular crítico Rogert Ebert, del Chicago Sun-Times.
Pero tal vez el mejor resumen de lo que fue su vida lo dio el actor Martin Landau, íntimo amigo desde la juventud y socio de Pollack en el Actor's Studio: "Comenzamos juntos en Nueva York y siempre sobresalió en todo, tanto en sus amistades, como en su humanidad y sus talentos".
Fue el portavoz de la familia Pollack, Leslee Dart, el que confirmó la muerte del genial cineasta y también señaló que el cáncer que acabó con su vida le fue diagnosticado hace diez meses, pero los médicos nunca fueron capaces de determinar la primera causa de la enfermedad. Pero la enfermedad no fue un impedimento para el siempre prolífico Pollack, que siguió trabajando en sus proyectos hasta que le fue posible.
Entre ellos, sus recientes trabajos como productor en cintas como The Reader, Margaret o Ella es el partido (Leatherheads), la película dirigida y protagonizada por George Clooney que se estrenará en nuestro país dentro de unas semanas.
Con una veintena de películas a sus espaldas, tras dirigir capítulos en varias series de televisión, Pollack debutó en la gran pantalla en 1965 con La vida vale más, un drama protagonizado por Sidney Poitier. A partir de ahí, Pollack se convirtió en uno de los nombres de referencia en Hollywood sumando algunos grandes éxitos cinematográficos de los años 70 y 80 con títulos ya míticos como Tal como eramos, Yakuza, Los tres días del Cóndor o Tootsie, con la que consiguió su primera nominación al Oscar.
Pero el éxito rotundo le llegó en 1985 con Memorias de África la magistral cinta protagonizada por Robert Redford y Meryl Streep con la que ganó siete Oscar, entre ellos el de Mejor Película y el de Mejor Director. A partir de ahí, siguió con su exitosa carrera tras las cámaras con éxitos como La tapadera, protagonizada por Tom Cruise, el remake de Sabrina, con Harrison Ford, o La intérprete, el último filme que dirigió y que estaba protagonizado por Nicole Kidman.
Un trabajo tras las cámaras, como director y productor, que salpicó con algunas apariciones delante de ellas. La última vez que le vimos fue en Michael Clayton, en la que interpretaba al jefe de George Clooney. Y como actor todavía disfrutaremos de él en La boda de mi novia, una comedia romántica que se estrena este viernes y que tendrá el honor de contar con la última aparición en la gran pantalla de uno de los cineastas más geniales de las últimas décadas.
Hollywood despide con emoción a su "hombre del Renacimiento"
Hollywood recuerda con emoción a uno de sus genios todoterreno, el director, actor y productor Sydney Pollack, "un hombre del Renacimiento", en palabras de su amigo Tom Cruise. Pollack entregó a Cruise uno de sus mejores papeles en La tapadera (1993) y fueron compañeros de reparto en Eyes Wide Shut (1999), el filme póstumo de Stanley Kubrick.
"Era un gran amigo y le echaré muchísimo de menos", dijo el intérprete en un comunicado, en el que explica que conoció a Pollack durante el proceso de edición de Tootsie (1982), "uno de los clásicos de todos los tiempos". "A lo largo de los años, sin arrogancia y sin caer en la condescendencia, compartió conmigo sus amores: la familia, contar historias, la comida, volar y una gran botella de vino", comentó el actor.
En su carrera como director, Pollack logró extraer lo mejor de otros actores como Jane Fonda (Danzad, danzad, malditos, 1969), Robert Redford (Las aventuras de Jeremías Johnson, de 1972, Tal como éramos, de 1973, y Los tres días del Cóndor, de 1975) o Dustin Hoffman y Jessica Lange (Tootsie).
Sus películas lograron 12 candidaturas al Oscar para sus actores, incluidos nombres como Barbra Streisand o Paul Newman, y 48 candidaturas en total, aunque también vivió algunos fracasos, como Sabrina (1995) y Caprichos del destino (1999), protagonizados por Harrison Ford.
Para otros compañeros de profesión, como George Clooney, Pollack "contribuyó con su trabajo a hacer el mundo un poco mejor, las películas algo mejores e incluso las cenas algo mejores". "Me quito el sombrero ante este tipo con clase", comentó en un comunicado. Clooney fue el protagonista de Michael Clayton, cinta por la que optó al Oscar al Mejor Actor y una de las últimas obras que produjo Pollack, en la que intervino con un papel secundario. El realizador también fue el productor ejecutivo de Ella es el partido, la última película como director del galán. "Se le echará de menos terriblemente", declaró Clooney.
Para la actriz Sally Field, que trabajó bajo las órdenes de Pollack en Ausencia de malicia (1981), la industria del entretenimiento estadounidense ha perdido un "director fenomenal". "Haber tenido la oportunidad de conocer a Sydney y de trabajar con él fue un regalo genial. Mantendré en la memoria cada momento que pasé con él", dijo Field en un comunicado.
El presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Sid Ganis, se sumó al pesar por la muerte de Pollack y dijo que su desaparición supone una "pérdida enorme". "Estaremos tristes, recordaremos su eterno trabajo y el conjunto de sus cualidades como el artista completo que fue", reseñó Ganis.
El duelo por Pollack llegó también al ámbito de la crítica estadounidense. "Un hombre alto, guapo, carismático, era un director con el que a la mayoría de los actores le encantaba trabajar, porque cuando hablaba con ellos sobre la interpretación sabía de lo hablaba", afirmó el popular crítico Rogert Ebert, del Chicago Sun-Times.
Pero tal vez el mejor resumen de lo que fue su vida lo dio el actor Martin Landau, íntimo amigo desde la juventud y socio de Pollack en el Actor's Studio: "Comenzamos juntos en Nueva York y siempre sobresalió en todo, tanto en sus amistades, como en su humanidad y sus talentos".
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