Tocado por los dioses, a su cuna acudieron la belleza, la fama, la inteligencia y la bondad.
Durante 83 años hizo de su vida un ejercicio de libertad, y de la aventura un norte.
Por sus pupilas azules venecianas desfilaron los rostros más bellos de Hollywood, pero su corazón elegió a una compañera de su estatura, y a ella dedicó sus mejores años.
La vida no pudo vencerlo, envejeció con todas sus arrugas y dignamente, para enfrentarse al cáncer como un guerrero solitario.
Siempre será el más bello, el mejor actor, la memoria de mi anhelante adolescencia...ese hermoso rostro inolvidable que mira hacia el Mississippi, en un "Largo y ardiente verano".
Mh.
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