Portal del Angel, Barcelona,
Septiembre 2004.
Restaurant Tien-Meng, Carrer Muntaner,
Barcelona, Septiembre 2004.
Casa Batlló, Barcelona, Septiembre 2004.
Fuente pública del Carré des Fleures,
Barcelona, Septiembre 2004.
Carré Escribá, Barcelona Septiembre 2004.
Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, o más brevemente Barcino, es el nombre que los romanos dieron, allá por el año 10 antes de Cristo, a la actual ciudad de Barcelona.
Unos cuantos decenios antes, en el invierno del año 75 aC, un famoso militar romano, Cneo Pompeyo Magno, había asentado su campamento en las cercanías de un poblado vascón, de nombre desconocido, con intención de pasar el invierno y guardar los pasos del Pirineo en el transcurso de la guerra civil que sostenía contra el general Sertorio. El campamento se convertiría luego en ciudad romana, llamada Pompaelo,la ciudad de Pompeyo , la actual Pamplona.
Pasados 2.000 años, las dos ciudades siguen vivas, y tienen en común el ser referentes esenciales para sus respectivos territorios. Barcino permanece en el subsuelo de la actual ciudad, recuperada, restaurada, musealizada, dignificada y adaptada a fines culturales.
Allí viví ocho años de mi vida, los mejores, los más duros, los más amados. Allí entendí por qué los catalanes no son españoles y, cómo una ciudad puede ser cosmopolita sin dejar de ser provinciana y amable.
Barcino, así, romana, contemporánea e íntima...cuando las mareas de la vida atacan mi corazón, él siempre vuelve a tí, y estas fotos lo demuestran.
Adeu mi ciutat guapa.
1 comentario:
Caramba poeta, usted siempre me sorprende con sus palabras y sus fotos. Qué belleza de ciudad. Vaya extensión la de los romanos en cuanto al nombre. Tendríamos todos que vivir allí para entender por qué catalanes y no españoles...Un abrazo!
Publicar un comentario