"... Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza. Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos."
Discurso de celebración del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos: Barack Obama. Chicago, 5 de noviembre de 2008. 5:00 am.
Más allá del sueño de Martin Luther King, y de la violencia activa de Malcom X, el discurso aglutinador de Obama y en contra de la guerra de Iraq, aunados a la mayor crisis financiera en la historia de USA desde el crash de 1929, han obrado un milagro inimaginable: el primer presidente negro de los Estados Unidos, cuyos abuelos no fueron esclavos, ni lucharon por la libertad de los derechos negros.
Criticado por propios y extraños, gracias al voto latino y al voto de las familias que tienen a sus hijos luchando en una guerra incomprensible, Obama ocupará un puesto dificilmente soñado por persona de color alguna, en un país donde tan sólo hace 50 años, estaban penadas con cárcel las relaciones interraciales.
Un evento histórico que será recordado de generación en generación por los que vendrán. Para alguien que como yo a los 7 años vió pasar el féretro de Jhonn F. Kennedy y dos años después el de su hermano Robert, asesinados por las manos blancas de KKKlan, la esperanza de que Barack Obama asuma su cargo y lo lleve hasta el final de su período sano y salvo, es también una ferviente plegaria.
mharía vázquez benarroch.
Discurso de celebración del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos: Barack Obama. Chicago, 5 de noviembre de 2008. 5:00 am.
Más allá del sueño de Martin Luther King, y de la violencia activa de Malcom X, el discurso aglutinador de Obama y en contra de la guerra de Iraq, aunados a la mayor crisis financiera en la historia de USA desde el crash de 1929, han obrado un milagro inimaginable: el primer presidente negro de los Estados Unidos, cuyos abuelos no fueron esclavos, ni lucharon por la libertad de los derechos negros.
Criticado por propios y extraños, gracias al voto latino y al voto de las familias que tienen a sus hijos luchando en una guerra incomprensible, Obama ocupará un puesto dificilmente soñado por persona de color alguna, en un país donde tan sólo hace 50 años, estaban penadas con cárcel las relaciones interraciales.
Un evento histórico que será recordado de generación en generación por los que vendrán. Para alguien que como yo a los 7 años vió pasar el féretro de Jhonn F. Kennedy y dos años después el de su hermano Robert, asesinados por las manos blancas de KKKlan, la esperanza de que Barack Obama asuma su cargo y lo lleve hasta el final de su período sano y salvo, es también una ferviente plegaria.
mharía vázquez benarroch.
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