a mi abuela Sofía Oppenheimer
muerta en las cámaras de gas
de Auschwitz-Birkenau
con un retrato de su amado entre las manos
SHOAH
Señor./ Hemos bebido, Señor./
La sangre y la imagen que estaba en la sangre.
Paul Celan
Desde la plataforma del último vagón
Sofía y nosotros
la generación del desierto
secuestrados de todos los lugares
vamos absortos en la huida del paisaje
el viaje persiste por días
en medio del terror y la peste
nadie habla
todos rezamos
en los vagones atestados
comerciantes
niños
viejos
familias inconsolables
y mis tías
que aún repiten en el eco de los años
“somos alemanas
no nos harán nada”
a 60 kms de Cracovia
advertimos cómo el tren parece entrar
en una especie de catedral alambrada
olorosa a miedo y a fiebre
es la entrada al infierno
con letras de sangre
nos recibe la frase
“El trabajo los hará libres”
a miles
han ido descendiendo
hacia las ardientes horas del tiempo detenido
las aguas exhiben una nata verdinosa
que denuncia la presencia de los uniformes
los guardas los perros asesinos
la estación final
con su fruto perverso de piel marchita y alba pulpa
te llaman judío
en todos los nombres de la tierra
no has esperado en vano
en el breve dintel de la cámara de gas
entras a la eternidad
amparado por el amor
de los que nunca olvidamos.
Mharía Vázquez Benarroch
(Del libro de poemas APRENDIZ DE HOMERO)
1 comentario:
Nunca se remedia nada sin que haya ocurrido....por desgracia.
Besos y abrazos eternos....Pascual.
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