“Yo Tiresias aunque ciego,
Palpitando entre dos vidas estoy”
T.S. Eliot
Casi deseó no haber mirado
lo que nunca debió ver
Hijo de la noche
el azar la puso ante sus ojos
desprovista de lanza y escudo
empeñada en seguir siendo virgen
más sabia que el mismo Zeus
Cómo resistirse a su desarmada desnudez
Casi deseó no haber dicho
lo que nunca debió decir
Sólo él tenía la respuesta
Imposible le fue negarse
Aprendió la prudencia de detenerse ante ciertas preguntas
Condenado al horror
de no saber más del presente
a cambio de un báculo y larga vida
Hombres y deidades
acudieron a él para dirimir sus cuitas
Y desde el mismo infierno
el peor de los ciegos
les mostró lo que no querían ver.
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