Nadie muere si su recuerdo persiste, si su imagen acude a nuestra mente con la frescura del primer día que lo vimos, de su ropa elegante y pulcra, de su andar mesurado y su cultura exquisita.
Tuve el privilegio de conocerlo y de seguir sus clases en la Escuela de Letras de la UCV, de extraordinario lingüista, de hombre marcado por la escuela de Barthes y sorprendentemente, un eterno enamorado de la poesía.
Su traducción de Cavafy al español no tiene parangón, por lo que en este diario de sueños, textos, poemas y sensaciones que este blog Guerrero llevado Adentro es, abro este espacio para recordarlo incólume en los años y en mi agradecido corazón, porque mostrarme a Cavafy fue abrirme un mundo de gusto salobre de mediterráneo y de cuerpos encendidos en la pasión, que aún me atraviesa con la fuerza de una tormenta y me scude la piel.
TANTO COMO PUEDAS
Y si no puedes hacer tu vida como quieres,
al menos intenta esto
tanto como puedas: no la envilezcas
en demasiados contactos con la gente,
en demasiados trajines y conversaciones.
No la envilezcas llevándola
y trayéndola a menudo por todas partes y exponiéndola
a la diaria locura
de las compañías y las relaciones
hasta que se vuelva fastidiosa como una extraña.
VUELVE
Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, vuelve y tómame
-cuando del cuerpo la memoria se despierta-
y un antiguo deseo vuelve a pasar por la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
y las manos sienten como que tocan otra vez.
Vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...
C. P. CAVAFY ( Alejandría: 1863-1933 )
Traducción de Francisco Rivera ( Caracas, Monte Avila, 1978)
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